En estos últimos tiempos mis tutorías están llenas, algo que no
había pasado antes. No creo que se deba a un súbito aumento de mi carisma o de
mi magnetismo profesional. Los estudiantes de Educación física a punto de
acabar la carrera, no acuden a por ese empujoncito que oriente un trabajo
académico o una investigación. Chicos y chicas de veintipocos años, con una formación impecable
y un gran potencial docente, están desconcertados ante el panorama laboral que se
les cae encima. Y la verdad, me inquieta el desanimo de sus reflexiones.
Graffiti de Banksy. No ball games. |
Me dicen que han perdido la tranquilidad que se tiene, cuando uno,
marcándose objetivos los va cumpliendo de forma gradual. Después de aprobar un
examen, otro; después de un cuatrimestre, otro; un curso después de otro curso,
así hasta llegar al final de su formación. Entonces parece llegar el abismo: ¿Y
ahora qué? ¿Qué hago
cuando acabe?
No puedo decirles -a quemarropa-
que van a tener muchas dificultades para aprobar unas oposiciones, que cuando
consigan una faena trabajarán más, por menos y en condiciones de mayor
precariedad (aumento de la ratio, reducción de desdobles, menos ayuda a su
formación continua...).